jueves, 12 de junio de 2008
SISTÉMICO
Obsesín no puede dejar que se escape la inspiración.
Reúne los lápices y les saca punta uno por uno,
Cuidando de no ensuciar el lugar ni dejar astillas.
Estira con cuidado las puntas de las hojas perfectamente alineadas
e impecablemente blancas.
Puerilín da saltos en el barro y busca otra víctima para su juego.
Girándose sobre si mismo logra entrar por el ventanal,
Le habla a los objetos logrando animar a la alfombra,
Surfea un rato hasta el escritorio que le pone por delante una puerta.
Como un buen detective, mira por el cerrojo.
Ansiosín se come las uñas de las manos,
Se rasca la cabeza y descubre que hay más en los pies.
Se muerde contorsionado y su oído escucha a su estómago reclamar.
Se prepara un sándwich y busca desesperadamente la cajetilla de cigarros.
Abre todos los cajones, revisa cada habitación,
Parece que los olvidó donde siempre.
Depresín no se puede levantar.
Le pesa el cuerpo y la televisión lo tiene en trance.
Al su lado, unos pañuelos húmedos le recuerdan que ha estado ahí hace mucho.
No ha desayunado ni almorzado ni cenado,
¿Para qué?- se dice, si no tiene hambre.
Tiene ganas de ir al baño… no se puede aguantar más…
Obsesín se dispone a escribir muy bien sentado,
Puerilín irrumpe en la habitación,
Ansiosín aparece en el umbral,
Depresín cruza con prisa el pasillo hacia el baño.
-¡Qué te he dicho de entrar con los pies sucios a la casa!!!
-¿Papi, puedo dibujar contigo?
-¿Porqué botaste mis cigarros viejo?
-Ya niños, no molesten al papá…
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