HABERSE ENCONTRADO
martes, 24 de junio de 2008
DESILUSIÓN O Datos freak para viajeros
HABERSE ENCONTRADO
MI OPA
Será su historia o sus genes como dice él, o la sangre que tira...
No sé si es una parte de su cuerpo o todos mis recuerdos,
Pero he conocido, me ha acompañado y me ha querido un faro.
Un faro que incluso cuando las más grandes tormentas acechaban,
Era capaz de estar ahí,
Un faro protector, cálido, un refugio, un guía,
El héroe de tantas historias,
Un hombre que al menos en este tránsito,
Nunca llegaré a conocer como otros lo han conocido,
Y cual sesgo de ser abuelo agradezco a la vida...
Mi gigante, que es capaz de ser tan mío y tan de todos,
Que es capaz de hacerme suya cuando me nombra sólo como él lo ha hecho en este mundo,
Ese que se alegra con el alma cuando me ve aparecer,
Que no me deja echar de menos ser celebrada ya que en cada conversación me recuerda
- aunque mi camino siga otro rumbo –
que vengo de alguna parte
y qué llevar conmigo en lo que queda del viaje.
Mi prócer, el sostén inconsciente de tantos cimientos que me conforman,
El explosivo volcán que nunca me ha quemado,
Cuya sola lava en su interior inspira movimientos.
Mi sombra más grande que mí,
El que rehuye de enjuagarse los ojos,
El que a ratos me pareció impenetrable,
Y hoy bendigo no haberlo querido cambiar ni un poco,
No haber intentado convencerlo de mis verdades,
Haberlo amado como lo amo,
Aunque nunca sepa quien era en realidad Eduardo Schalscha Becker por más que investigue con su herencia científica
Hay algo indestructible que este ser humano ha dejado en mi vida,
No sé bien dónde,
Pero en alguna parte, muy profundo,
Sé que está el faro plantado en lo esencial,
En lo que no se divide
Y probablemente con una fogata dentro
Y las canciones alemanas para “Carolingen” quien lo mira sabiendo que ese es MI OPA.
NO TIREN ARROZ
Y no sólo cuando el sol de asomaba por las cortinas que escondían la unión, sino también cuando se acababan las ovejas por contar y las estrellas que habían prometido bautizar acechaban frente a esa maldita soledad de estar en compañía.
Así era como la desilusión roía poco a poco la independencia y las añejas risas.
Así era como aprendió a amar en silencio sus recuerdos, lo que antes le atormentaba.
Pensaba que no era tan malo tenerla a su lado,
Que dentro de todo, el soportarla lo hacía un tipo normal,
Y él, hombre intachable, no hubiera querido quitarle una promesa.
Además, el arrebato pudiera causarle el mismo efecto de todo lo que se deja:
Después lo extrañas.
Conoció día tras día lo que algunos llaman soñar despiertos, solo que en realidad, lo acechaba más bien una pesadilla del “día más feliz de su vida”: la imagen de ella entrando del brazo de su padre destellando su alba aura y sonriendo a destajo apretando el ramo de calas naranjas que mandaron traer; mientras él sentía náuseas- muchas náuseas- que debió ahogar en sonrisas que ahora sumaban arrugas.
Aunque ella tratara de guardar un pedazo de misterio, él ya sabía la consistencia, olor y sabor de cada parte de su cuerpo e incluso, mirando su entrecejo, podía adivinar cuál sería la intensidad del sudor de sus carnes por la noche.
Al parecer todos nos volvemos clarividentes cuando la sorpresa se cansa y se sienta a esperar mirando por la ventana.
Ya habían transcurrido incontables momentos.
Para él fue imposible transformar espacios en lugares y dar amor a aquella criatura que amaba…
Sí, porque de eso estaba seguro… si tuviera que pasar por lo mismo de nuevo no dudaría en elegirla… por lo menos ella respetaba sus pensamientos. Sí, lo dejaba sentarse en el sillón del pequeño living a mirar las infinitas luces del televisor sin hacer una sola pregunta
Y sí, eso era suficiente para que él la adorara en lo más profundo de su alma… pero no lo suficiente como para sentir que esto fuera cierto.
Fue así, como después de escribir estas palabras ya no cabía ninguna duda…
Fue mujer y se llamó Melissa, porque ella así lo quería.
Con el paso del tiempo fueron más y más los que se sentaron en la mesa con las manos llenas de tierra y agudos chillidos en sus bolsillos.
Él sólo miraba y sonreía mientras le daba cuerda a su reloj.
Y si te fijas bien, quizás llegues a descubrir que este hombre cuya vida se congela inevitablemente…
…puede ser aquel que llamas Padre.
domingo, 15 de junio de 2008
Festival de Patios de Córdoba o La ley de las Compensaciones
Se abren las puertas del hogar,
la intimidad es ahora pública, fotografiada,
puesta en tela de juicio.
Ese hermoso proceso ya ha florecido.
Las nevadas no han destruido las plantas,
sí algún que otro mendigo,
pero qué importa, estamos hablando del festival,
no del dolor de la humanidad
-no se me ponga densa mijita!-
Los dueños de los patios se pasean orgullosos de su obra,
las amas de casa reciben la mirada que no ha sido puesta con deseo sobre ellas quizá desde cuando,
o al menos a algo que las simbolice a ellas...
Los hombres se esconden.
Junto con el festival de patios está el de rejas decoradas con flores.
Bellísimas.
Balcones con estilo barroco y lindos colores saliendo de él.
Escondieron las antenas del satélite donde los canales de cable dan consejos de jardinería
y alguna que otra noticia bélica,
pero qué importa, estamos hablando del festival,
no del dolor de la humanidad,
-no se me ponga densa mijita!-
Tras los balcones que no concursan aparecen dos niños,
algo poco usual por estos lares.
Al poco rato, afirmados de las rejas de los balcones de Córdoba,
ambos miran la pelotita que se les ha caido.
Son mas atractivos que los balcones con flores.
El par de niños encerrados tras la estética de la ciudad,
reciben para mí el primer premio.
Miro a mi alrededor y somos una multitud.
Aplaudimos
jueves, 12 de junio de 2008
A medio llenar, el vaso tiene tambien, mitad vacía
CUNA DE ORO
De su abuelo porta el alemán,
De su padre el francés,
De su madre el inglés y algunas nociones de portugués.
Su abuela… su abuela no le ha dejado mucho,
Pues nunca aprendió más que la lengua materna.
Ha nacido el heredero,
Tendrá ventajas comparativas,
Podrá entender varias culturas,
Acceder a buenos trabajos,
Seducir a encantadoras señoritas, aunque esto…
Esto podría hacerlo sin siquiera hablar
Ha nacido el heredero,
Bendecido con la palabra,
Multilingüe y políglota,
De elevada alcurnia,
De pocos como él,
Lean el periódico de hoy,
Ha nacido el heredero,
Quien mucho podrá comprender,
Pero sólo podrá expresar lo que ha recibido,
Pues sus idiomas serán de ahora en adelante,
Todos los discursos que su familia le ha regalado.
¿DÓNDE ESTÁS?
En los geométricos rincones,
En todo lo que no funciona,
En el silencio concentrado,
En el aliento de un suspiro,
En la música que remece,
En alguna circunvolución,
En el humo de un cigarro,
En las lágrimas atoradas,
En el espejo empañado,
En el párpado derecho,
En las noches insomnes,
En las sonrisas gratuitas,
En una hoja en blanco,
En la piel estremecida,
En un hilo y una aguja,
En el escritorio virtual,
En las hojas de otros,
En el vino por beber,
En mis frustraciones,
En los finos detalles,
En mis ambiciones,
En el té meditado,
En los despegues,
En mis recuerdos,
En una bicicleta,
En el sobrepeso,
En mis mentiras,
En la humildad,
En un talismán,
En una semilla,
En la soledad,
En un abrazo,
En la guerra,
En mi cama,
En mi útero,
¿DÓNDE?
¿ESTÁS?
¿DON?
¿ES?
¿?
SISTÉMICO
Obsesín no puede dejar que se escape la inspiración.
Reúne los lápices y les saca punta uno por uno,
Cuidando de no ensuciar el lugar ni dejar astillas.
Estira con cuidado las puntas de las hojas perfectamente alineadas
e impecablemente blancas.
Puerilín da saltos en el barro y busca otra víctima para su juego.
Girándose sobre si mismo logra entrar por el ventanal,
Le habla a los objetos logrando animar a la alfombra,
Surfea un rato hasta el escritorio que le pone por delante una puerta.
Como un buen detective, mira por el cerrojo.
Ansiosín se come las uñas de las manos,
Se rasca la cabeza y descubre que hay más en los pies.
Se muerde contorsionado y su oído escucha a su estómago reclamar.
Se prepara un sándwich y busca desesperadamente la cajetilla de cigarros.
Abre todos los cajones, revisa cada habitación,
Parece que los olvidó donde siempre.
Depresín no se puede levantar.
Le pesa el cuerpo y la televisión lo tiene en trance.
Al su lado, unos pañuelos húmedos le recuerdan que ha estado ahí hace mucho.
No ha desayunado ni almorzado ni cenado,
¿Para qué?- se dice, si no tiene hambre.
Tiene ganas de ir al baño… no se puede aguantar más…
Obsesín se dispone a escribir muy bien sentado,
Puerilín irrumpe en la habitación,
Ansiosín aparece en el umbral,
Depresín cruza con prisa el pasillo hacia el baño.
-¡Qué te he dicho de entrar con los pies sucios a la casa!!!
-¿Papi, puedo dibujar contigo?
-¿Porqué botaste mis cigarros viejo?
-Ya niños, no molesten al papá…