Nací con el TIC-TAC
embrujado
Sonó la alarma
me pinché el dedo
hice mío el síndrome
de nombre y apellido
Me intentó suplantar
se lo heredé a mi pequeño
Es un misterio el alma
y no se puede juzgar a los buitres
con tanta manguera
De día
sondas y pitos
quejidos
y una que otra confidencia.
De noche
liviano,
visitaba mi cocina
obraba en mi baño
me sentaba en mi sillón
ponía la cabeza en mi almohada
¡Tantos sacramentos!
Al final del túnel
mi padre.
El muy conchesumadre
siempre me decía
que no era el momento.
Ni resignación me dejaba elegir
El dolor es un trance adictivo
cuántas veces intenté hacer trampas
escabullirme entre secreciones
o detrás de un ángel
Hasta que un día
como todos los demás
se detuvo el segundero
No hubo beso redentor
Me abandoné
mirando los restos de mi cuerpo
- El paciente ha muerto
- Por favor Doctor,
¿cómo me seco las lágrimas
con los guantes puestos?
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